En esta ruta se muestran los cuatro ecosistemas que posee este entorno: agrícola, forestal, marino y humedal. Cada uno de ellos tiene unas características propias que se detallan para poder apreciar este paraje tan peculiar, porqué no es frecuente encontrar en pocos kilómetros ecosistemas tan diferentes unos de otros. Se puede apreciar la vegetación, fauna y vistas que hay desde el Racó de Joana hasta el Ullals, St.Llorenç y Mirador.
La ruta comienza dejando atrás el entorno urbano, pasando por una zona agrícola, donde se aprecia como se han hecho bancales ganando terreno a la montaña para plantar naranjos. La ruta continua por la senda que se adentra al ecosistema forestal. Esta zona formada por dos ecosistemas, el agrario y el forestal, se llama el Racó de Joana.
El Racó de Joana empieza en el camino del Portitxol, atraviesa el ecosistema agrario y llega al ecosistema forestal, donde se encuentra la ermita de San Lorenzo y el área recreativa.
Desde aquí, siguiendo la pista, llegamos al Mirador del Mediterráneo, ecosistema forestal por excelencia. Desde este mirador pueden divisar el ecosistema marino, al sur está el Cabo de San Antonio, y al norte el Cabo Blanco y Cullera. Los campos de naranjos que hay desde la carretera hasta la vía del tren, antes eran campos de arroz (La Partida) y en Tavernes se transformaron en naranjos en la segunda mitad del siglo XX. Si miran hacia el norte aun se pueden apreciar los campos de arroz que hay en los términos de Favara y Cullera.
Bajando por la senda del Mirador, llegaremos al Ullal Gran i de les Penyetes, al este del Racó de Joana. Este ecosistema de humedal es totalmente diferente al agrícola y forestal. Es un nacimiento natural de aguas subterráneas, con una vegetación y fauna propias. Aquí empieza la ruta de los sentidos.
